Mi amiga Elena me avisó que María Belén abriría un taller literario, virtual. Me lo recomendó, otro regalo suyo: un buen consejo. Me inscribí y convidé a dos amigas. Entendí que era un terreno seguro para quienes no sabemos nada de literatura. La noción de espacio "amable" con que se presenta la propuesta me transmitió tranquilidad. Fueron seis encuentros que se me pasaron rapidísimo. Pero, en realidad, no se me pasaron sino que me pasaron, me cruzaron, de lado a lado, amablemente.
En el primer módulo me encontré con mi abuela, un poquito a través de la memoria y un montón con la imaginación. Ambas, la memoria y la imaginación, formas poderosas de vincularnos con lo que ya no es o todavía no ha sido. En el segundo módulo me miré al espejo, me busqué, me esquivé y me abracé. En el último, me atreví a gustar de poemas de amor y me atreví a pelear con los prejuicios que regalan toda ternura al romanticismo. Finalmente, ya pisando el invierno, prendí una velita para la concentración y brindé por haber conocido a un montón de mujeres: escritoras, fotógrafas, músicas. "Dentro mío llevo un tesoro" me dejó un sabor dulce y muchas ganas de más.
María I - Mercedes, Uruguay