Agua florida, aceite de lavanda, hojas blancas de terciopelo que se queman, varias estampitas, piedras "para sanar las sombras que guardamos", velas encendidas al costado de la ruta, cartas de tarot que auguran un futuro si dolor. Estos son algunos de los objetos que atraviesan Rituales, un poemario delicado y poderoso en el que la autora dispone de las cosas de una manera sumamente particular para tratar de "ordenar su interior".
Este libro pareciera habitar un espacio liminal entre dos mundos: el primero es el que todos percibimos, al segundo no podría nombrarlo con precisión porque es muy íntimo y sutil pero en él se cree en el poder de las santas, se mantienen los "ojos cerrados para volver a una misma" y se busca la compañía del linaje de mujeres de la familia. Son poemas sobre lo sagrado y sobre qué se hace con eso: cómo se lo invoca, de qué maneras se encuentra en lo cotidiano, se lo reconoce y se lo apropia. La naturaleza tiene una presencia fundamental, como si el texto se apoyara en la suavidad de las flores pero también en la inmensidad del cielo y de aquello que permanece.
En la escritura de María Belén Sanchez hay preguntas sin respuestas, hay fe, hay confianza, hay un avanzar a tientas hasta emerger, finalmente, hacia la luz. Hay, sobre todo, muchísima belleza.
Soledad Urquía